En la última década, la evolución de la tecnología ha contribuido a que en algunos medios periodísticos se haya consolidado el reportaje inmersivo con vídeo en 360º. La complejidad técnica de estas producciones y el alto grado de vinculación emocional que generan obligan a una exquisita actuación ética que evite cualquier tipo de manipulación, ya sea intencionada o no.