El proyecto busca mejorar la economía circular de las baterías, al mejorar el diseño de las baterías de segundo uso o segunda vida. Estas baterías están normalmente formadas por baterías usadas de vehículos. Cuando la batería está en el vehículo, está en su primera vida, pero cuando envejece ya no puede soportar los exigentes ciclos de conducción. Entonces, estas baterías se extraen del vehículo, se ensayan para conocer su nivel de envejecimiento y se agrupan con otras baterías para formar un pack de baterías de segundo uso, que ya se enfrentan a aplicaciones menos exigentes. El problema es que el proceso de ensayo es costoso a nivel temporal y de consumo de energía.