Vivimos en un mundo cambiante. Por lo tanto, los legisladores deben adaptar continuamente las leyes a las crisis económicas y los cambios sociales. Sin embargo, el cambio de política es inherentemente costoso. Los costos generados por una reforma pueden tomar muchas formas. El más evidente es el impacto directo de la reforma sobre el presupuesto. Sin embargo, existen otros costos no presupuestarios que han recibido menos atención académica pero que, sin embargo, tienen un impacto importante en el proceso de formulación de políticas.