María Francés

María Francés comenzó a trabajar como corista de zarzuela en 1903, con solo dieciséis años. Pronto ascendió a tiple y más tarde dio el salto a actriz de texto. Así, poco a poco, y de manera discreta, fue forjándose una carrera como primera actriz de carácter, es decir, especializada en papeles eminentemente de reparto. Su escuela fueron las dos funciones diarias hoy en una compañía y mañana en otra, en contantes giras frente a todo tipo de públicos y con repertorios muy diversos. Con más de cincuenta años dio el salto al cine, donde empezó a trabajar de manera continuada, aunque siempre en papeles de reparto, a veces incluso de una sola escena. Llegó a realizar más de cuarenta largometrajes de los cuales la mayoría eran
comedias o películas policíacas producidas en Barcelona, aunque también transitó géneros como el melodrama o el terror, e incluso trabajó con directores como José Antonio Nieves Conde, Manuel Mur Oti, Luis García Berlanga o Jaime Chávarri. Durante la década de los sesenta comenzó a compaginar su trabajo en cine y teatro con personajes episódicos en televisión, generalmente dentro de los espacios dramáticos como Estudio 1 o Ficciones. María Francés decidió retirarse en 1976, cuando se instaló con su hija, la también actriz Carmen Pradillo, en un piso de Barcelona, donde llegó a celebrar su 100 cumpleaños.

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