La reforma de la Constitución argentina de 1994 introdujo en el ordenamiento jurídico nuevas instituciones o, como se les llama en aquel país del sur del continente americano, órganos constitucionales. La mayoría de estas instituciones han quedado incardinadas en alguno de los Poderes del Estado (la Auditoría General de la Nación y la Defensoría del Pueblo de la Nación, en el Legislativo; la Jefatura de Gabinete de Ministros, en el Ejecutivo; y el Consejo de la Magistratura, en el Judicial), quedando por fuera de todos estos poderes el Ministerio Público Fiscal.
A casi treinta años de la entrada en vigor de la norma fundamental, este libro analiza los aciertos y desaciertos de la introducción de estos órganos al sistema constitucional argentino. Lo hace desde una nueva perspectiva, prestando particular atención al rol que ha tenido la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la configuración y dinámica que han tomado cada uno de estos órganos.
En definitiva, el objetivo de cada capítulo de este libro colectivo es aportar a su lectora o lector distintos elementos y puntos de vista que le ayuden a hacerse una idea estructural del nuevo entramado institucional argentino.