El 2020 quedará para siempre grabado en nuestra memoria como el año de la pandemia. Solo hay que observar la ruptura en algunas series históricas, como el exceso de mortalidad o los principales indicadores económicos, para darse cuenta de la magnitud del impacto. No obstante, el objetivo de este informe —el decimocuarto de la serie— no es evaluar la efectividad de la respuesta a la crisis de la pandemia desde un punto de vista sanitario o económico, sino tratar de averiguar qué podemos aprender sobre la democracia española en este contexto extraordinario.
En los doce capítulos de este informe se ponen a examen, con mirada crítica, algunas cuestiones específicas: cómo se enfrentó la sociedad y el Estado a la crisis; cuáles fueron las implicaciones, en términos económicos y sociales, de la misma; qué dilemas democráticos plantean la restricción de derechos fundamentales y la apelación a la tecnocracia; o cómo se ha llevado a cabo la gestión en un contexto de poder diseminado. El resultado ofrece, por tanto, un diagnóstico exhaustivo del estado de nuestra democracia tras la crisis y, sobre todo, una aproximación a los retos que nuestro sistema político deberá afrontar —y sus posibles vías de salida— cuando lo peor de la pandemia haya pasado.