Las mujeres adultas y mayores son las principales cuidadoras (y personas cuidadas) de la vejez más dependiente. También son las protagonistas de los programas de apoyo para cuidadoras/es, como demandantes y perceptoras y como profesionales que ofrecen este soporte, siendo el acceso a estos programas distinto para la población rural o urbana. El objetivo principal de este artículo es el análisis de los problemas y situaciones relacionadas con las necesidades de esta población demandante de programas y abordar el tratamiento de estos apoyos. Para ello, se utiliza una metodología cualitativa y cuantitativa, siguiendo una estrategia de triangulación. Los resultados muestran que, aunque las mujeres solicitan y participan en estos programas (cuyos efectos positivos en su calidad de vida se ha comprobado), estos resultan insuficientes y no cubren las necesidades y nuevas demandas de cuidado, lo que se traduce en que una gran mayoría de mujeres sigue encargándose del trabajo de cuidar en solitario. En la misma línea, su presencia es minoritaria en el diseño, gestión y coordinación de estos programas más ausentes todavía en zonas rurales, en la recientemente llamada "España vaciada". En consecuencia, se requiere más oferta de programas/apoyos de tipo psicosocial (individual o grupal), de ocio y tiempo libre, y de formación para este perfil de cuidadoras y responsables de programas. Éstas y otras conclusiones son las que se desarrollan desde el Programa ENCAGE-CM y del Proyecto CM:LEDYEVA.